Hay pocos cambios en la Brooks Caldera 2 tras la buena acogida de la primera edición. Situada entre la Cascadia 12, el buque insignia de la marca americana dentro del segmento de zapatillas para trail, especialmente si hay terreno técnico de por medio, y la más ligera Mazama, pensada para correr más rápido y distancias más cortas, la Caldera 2 es una gran opción para distancias largas (como ultras) sobre senderos de tierra y terrenos no demasiado técnicos.
El corte superior es la única zona que presenta cambios respecto a su predecesora Caldera con el objetivo de ofrecer un ajuste más ceñido, si bien algunos corredores pueden echar de menos algo más de holgura. Sobre una base de malla de doble capa Ariaprene para una buena transpiración se encuentra una pieza de Cordura AFT que envuelve al pie en la parte media proporcionando un ajuste seguro. Aprovecha su situación para extenderse hasta el refuerzo de la puntera, incrementando así la resistencia frente al roce con ramas y piedras sueltas del camino. Además de la gran comodidad y calidad de materiales habituales de Brooks, detalles como el hueco para guardar el exceso de los cordones o la cincha de velcro para ajustar las polainas son muy apreciados a la hora de tomar una decisión de compra.
El resto de la Caldera 2 se mantiene idéntico (incluso los 4 mm de drop), destacando la imponente mediosuela que además de proporcionar una abundante amortiguación tirando a blanda, se permite el lujo de prescindir de placa alguna para proteger la planta del pie de elementos puntiagudos. Al igual que en otros modelos de Brooks como la Ghost 10 se basa en el fiable BioMoGo DNA que tan buen resultado le está dando a la marca americana. Parece sorprendente que no haya habido cambios en una suela que sin duda era uno de los puntos mejorables, pero sigue con el diseño polivalente con tacos multidireccionales no especialmente profundos para poder adaptarse mejor a la variedad de terrenos sin llegar a destacar en ninguno de ellos.