La fiable New Balance 860 v8 actualiza la siempre resultona saga 860 de la marca americana, aunque la atención mediática se la lleva su hermana mayor (por numeración y precio) 1260 v7. Una de las razones del éxito de la 860 v8 es ser una zapatilla de estructura y sensaciones conocidas donde no entran en juego cambios revolucionarios ni en materiales ni en la disposición de los mismos (para eso está la Fresh Foam Vongo v2). La otra gran motivación para comprar la 860 v8 es su estupenda relación calidad/precio, siempre dentro de la locura que hay que pagar por unas zapatillas de calidad.
Posiblemente la queja más habitual por parte de los corredores en relación a su predecesora 860 v7 haya sido una amortiguación dura, tosca, algo a lo que se ha intentado poner remedio en la edición actual. Aunque la configuración de la mediosuela no ha variado, sí lo ha hecho la dureza de sus componentes, en especial lo que New Balance denomina TRUFUSE (una capa de ACTEVA® LITE sobre una base de persistente ABZORB®) para ofrecer un tacto más blando. Se mantiene la doble densidad en la zona interior para una corrección progresiva de la pronación y la mítica pieza de TPU incrustada a la altura del mediopié (T-BEAM) que aporta un toque de rigidez extra. Destacar que el taquedo de la parte posterior abandona la clásica forma de cuadrado para regirse por unas estrías de flexión específicamente posicionadas para absorber mejor el impacto y favorecer una transición más suave.
El corte superior es bastante similar a la edición anterior pero recibe ciertos cambios que sin duda lo mejoran: la protección de la puntera está mejor integrada en el conjunto y ya no está cosida sino termosellada, una solución parecida a la empleada en la popular Fresh Foam 1080 v8. También se han añadido más orificios de ventilación para facilitar la transpiración en la capa exterior de la malla sobre la que destaca el típico logotipo de la marca americana hecho de material reflectante para ofrecer una mayor visibilidad.
