La New Balance 980 Fresh Foam es la última (extraña) apuesta de la marca de Boston. En un principio parece encuadrable dentro de la tendencia maximalista que lideran marcas como Hoka o Altra, pero en realidad es una zapatilla de entrenamiento muy ligera con una amortiguación consistente y una buena respuesta.
La mediosuela es exclusivamente del nuevo compuesto Fresh Foam, que dependiendo de la geometría utilizada en su construcción ofrece amortiguación o estabilidad reduciendo el peso respecto a los materiales usados hasta el momento. Y todo ello con un drop de unicamente 4 mm para reforzar la respuesta.
El corte superior es bastante estándar para lo que estila la marca americana: malla ligera, transpirable y sin costuras, con elementos termosellados para un mejor ajuste. Llama la atención lo acolchado de collarín y lengüeta. Una queja recurrente es que la botín es estrecho.
La 980 Fresh Foam es una zapatilla algo rígida debido a una suela sin surcos y con elementos hexagonales que varían de forma dependiendo de la zona de presión. Sorprendentemente cuenta con un buen agarre incluso en superficies mojadas.