La New Balance Fresh Foam Beacon v2 llega al mercado corrigiendo algunas cosas que no estaban al nivel exigido en la edición original y curiosamente se trata del corte superior, dejando intactos tanto mediosuela como suela, si alguien puede considerar los refuerzos con una goma más dura como "suela". El éxito de la Saucony Kinvara 10 dice que hay mercado para una zapatilla muy ligera para la amortiguación que ofrece y con un drop bajo (6 mm), pero quizás la marca americana encuentre su competencia más dura en su propio catálogo con modelos como la maximalista Fresh Foam More, la mixta 890 v7 o la novedosa FuelCell Propel que llega a las tiendas en agosto de 2019.
Así que los cambios respecto a la original Fresh Foam Beacon se centran en un corte superior remodelado para ofrecer un mejor ajuste, especialmente en la parte trasera. La zona inferior, alrededor del talón, recuerda a la Fresh Foam 1080 v9 mientras que la superior esta sobredimensionada para proteger bien el talón de aquiles ("Ultra Heel"), una solución similar a lo visto en las últimas zapatillas Nike como la Air Zoom Vomero 14. El resto se compone de una malla multicapa con parte exterior tipo tejido que se adapta bien a las diferentes formas y permite una buena transpiración.
Ni la mediosuela ni la suela de la Fresh Foam Beacon v2 presentan cambio alguno respecto a la primera edición y prevalece el compuesto Fresh Foam Ground Contact que juega con la geometría de los diferentes hexágonos que la conforman para obtener una estupenda relación entre amortiguación y respuesta, aunque sin llegar a los extremos de la más rápida Fresh Foam Zante Pursuit. Llama la atención que no haya cambios en la suela, señal de que la solución de contacto total con el suelo y con refuerzos únicamente en las zonas típicamente más expuestas al desgaste funciona al nivel esperado.
