No entraba en las apuestas que la Nike Air Zoom Pegasus 35 fuera una pequeña revolución en la mítica y longeva saga de la marca americana, pero todo apunta a que Nike ha acertado plenamente con el nuevo modelo. Aunque se conserva su estupenda polivalencia y su buena amortiguación, se emplean nuevos caminos para llegar a la excelencia: de entrada llama la atención su renovado diseño, más afilado, sobre todo en la parte posterior. Sin embargo, la revolución no es total y no hay React en la mediosuela, algo reservado a zapatillas de mayor precio como la Odyssey React.
Hay muchos cambios respecto a su predecesora Air Zoom Pegasus 34. El corte superior es más transpirable gracias a un nuevo tejido con multitud de aberturas de ventilación y sorprende la eliminación del ojal más cercano a la parte delantera para mejorar la flexibilidad y el espacio disponible en la zona. La generosa lengüeta está parcialmente cosida a los laterales ofreciendo una estructura tipo botín que junto a los ya clásicos cables Flywire™ garantizan un buen ajuste del pie. Como se mencionaba anteriormente, la parte posterior ha sido rediseñada y llama la atención la altura del collarín para proteger mejor el talón de aquiles, una solución similar a la adoptada por la popular Adidas Supernova Glide 9.
La configuración de mediosuela en la Air Zoom Pegasus 35 cambia y pasa de integrar dos unidades de Zoom Air (una en la parte delantera y otra en la trasera) sobre una base de Cushlon (nada de React todavía) a extender el Zoom Air lo largo de toda la zapatilla para, según Nike, imitar el comportamiento de la pieza de fibra de carbono en la Nike Vaporfly 4%, así que habrá que esperar al veredicto de probadores independientes para comprobar tal afirmación. La suela presenta pequeños cambios en la configuración del taqueado buscando una mejor tracción manteniendo el surco lateral en la parte exterior (Crash Rail) para guiar la pisada, si bien uniformiza las pequeñas ranuras de flexión para que sean todas transversales.
