La impresión que da la nueva New Balance Fresh Foam Hierro v5 es que los responsables de la marca americana no tienen muy claro qué línea seguir con una de sus zapatillas más icónicas para montaña. El nuevo diseño parece orientado a zapatillas deportivas de calle (habitualmente conocidas como "sneakers"), un mercado en auge y que admite bien precios altos pero que no suele apreciar el desempeño de los materiales empleados en situaciones exigentes. Además, el aumento de peso (alrededor de un 8%) va en sentido contrario de la tendencia impuesta por las Hoka One One y manda a la Fresh Foam Hierro v5 directamente al segmento "tanque" donde se encuentran otros modelos como la Mizuno Wave Mujin 6 o La Sportiva Akasha.
Hay tantos cambios respecto a su predecesora Fresh Foam Hierro v4 que si no llega a ser por lo asentado que está el nombre comercial, no tendría sentido continuar con la saga. El corte superior vuelve a un diseño más "convencional" de zapatilla con una configuración multicapa donde se mantiene el refuerzo (Toe Protect) de la parte delantera. Llama la atención que el sistema de cordones ha reducido los ojales (cinchas en realidad) a cuatro (cinco si se cuenta el que no se suele utilizar más cercano al tobillo) y lo sobredimensionado de la "N" en el lateral exterior. También se ha reforzado el contrafuerte del talón para asegurarse de que la sujeción en la parte trasera es firme pero sin agobios gracias a lo mullido que es el acolchado interior.
El resto de la Fresh Foam Hierro v5 es una evolución de lo visto en modelos anteriores. La imponente mediosuela está hecha del último desarrollo del compuesto estrella, llamado Fresh Foam X aunque sin tantas perforaciones como el que lleva la Fresh Foam 1080 v10. El objetivo por encima de todo es mayor comodidad aunque también promete ser más ligero (menos mal) y proporcionar mejor respuesta, si bien la zapatilla no está pensada para correr rápido. La suela repite con el prestigioso material Vibram® MegaGrip pero la cercanía entre los voluminosos tacos parece invitar a acumular las típicas piedrecitas del camino entre las ranuras.