No es una sorpresa que la Salomon S-Lab Sense 8 es la zapatilla de referencia dentro de la competición más allá del asfalto. Diseñada para competir en carreras de montaña, presume de una construcción mínima y de una horma algo estrecha. Dentro de la extensa colección de Salomon, la S-Lab Sense 8 queda un peldaño por debajo de la estupenda Sense 4 Pro que cuenta con una estética muy parecida pero con más protecciones y más amortiguación, mientras que para largas distancias es la S-Lab Ultra 2 la mejor elección para competir. La versión estándar de la S-Lab Sense 8 está indicada para terrenos duros pero desde Salomon también ofrecen una versión para terrenos blandos y barro (SG, iniciales de "Soft Ground") que incluye una especie de polaina integrada y un taqueado maś profundo, menos numeroso y más separado para mejorar la tracción.
El gran cambio respecto a su predecesora S-Lab Sense 7 se da en un corte superior que está hecho de un tejido bastante adaptable a la vez que resistente de una sola capa que integra la estructura de SensiFit™ para lograr un ajuste ceñido y que tiene un tratamiento hidrófugo que repele el agua. La versión estándar añade un collarín elástico en la parte trasera para reducir a la mínima expresión la probabilidad de que salten al interior las molestas piedrecitas del camino. Lo que se mantiene es tanto el famoso sistema de cordones Quicklace™ de la marca francesa como el pequeño bolsillo para guardar el excendente y evitar así que pueda engancharse con alguna rama.
La mediosuela de la S-Lab Sense 8 no incorpora el OptiVibe estrenado en la Sense Ride 3 sino que mantiene el probado y fiable EnergyCell™ junto con la almohadilla intermedia protectora (Profeel Film) y los conodidos 4 mm de drop. En su versión estándar, la suela presenta una configuración muy similar en cuanto al taqueado y sigue estando hecha de Contagrip® MA, que es un compuesto mixto con buen resultado tanto de tracción como de durabilidad.
